Desde la década del 90, Puerto Tirol recibe a los peregrinos que llegan para venerar a Santa Rita de Casia cada 22 de mayo. A principio eran algunos cientos, años después fueron decenas de miles. Pero la pandemia mundial interrumpió esta tradición, que este año retoma la presencialidad con mucha alegría y esperanza.
Desde hace semanas comenzaron a verse los preparativos en toda la localidad, la puesta en condiciones de espacios verdes y el ordenamiento necesario para que Puerto Tirol pueda recibir nuevamente la visita de miles de personas.
Los primeros en llegar fueron los emprendedores, pequeños comerciantes y puestos de comida, cuya labor comenzó con la llegada del fin de semana. Muchas familias se acercaron desde ciudades vecinas en la siesta de este sábado buscando un paseo a la vera de la laguna Beligoy y alguna delicia para acompañar el mate.
También muchos tiroleros y tiroleras, grandes, niños y adolescentes, aprovecharon este día para pasar una tarde de esparcimiento y recorrer los puestos con sus novedosas mercancías que cada año llegan desde diferentes lugares del país.
El clima de alegría se percibía a cada paso en un hermosa jornada de sol. Mientras tanto, muchas otras personas iban y venían llevando herramientos y elementos para la ornamentación del altar principal y de la imagen de Santa Rita que presidirá los oficios religiosos en la Plaza San Martín sobre la costanera.
También la Parroquia de San José, donde se venera a Santa Rita, era un ir y venir incesante de peregrinos y familias enteras que se acercaron a cumplir promesas y a venerar a la Patrona de lo Imposible tras dos años de ausencia y restricciones.