La Comisión Nacional de Valores dejó trascender, a varios medios, que se habilitará a los adolescentes de más de trece años a que puedan invertir en el mercado de capitales. Todo esto se conoce en medio de la creciente adicción de los adolescentes por las apuestas deportivas y un déficit de compresión que llevó a distintas provincias a modificar sus esquemas escolares.
Al parecer, la Comisión Nacional de Valores publicará en a la brevedad una resolución que habilita a adolescentes de más de 13 años a invertir en el mercado de capitales. Según dejaron deslizar, deberán contar con el “permiso y asesoramiento” de los padres de los padres, aunque no se aclaró cómo se reglamentará el accionar de los progenitores. Mientras el mercado financiero salió a festejar la eventual medida, el contexto parece no ser el deseable: en la actualidad hay un marcado crecimiento de las apuestas deportivas, a la vez que el propio sistema educativo (ya sea privado o público) remarca el déficit en la lecto comprensión de los estudiantes.
Con la eventual medida, los niños y niñas que están en primer año de la secundaria estarán habilitados para comprar y vender Cedears, obligaciones negociables, hacer cauciones y transaccionar acciones de empresas.
“Esta medida ofrece a los adolescentes la posibilidad de diversificar sus inversiones en productos que antes no estaban a su alcance”, dijo Elena Alonso, de Emerald Capital Global, al portal Infobae, al definir la iniciativa como “una gran oportunidad para que los jóvenes aprendan sobre el mundo financiero”. Ariel Sbdar, de Cocos Capital, celebró también la iniciativa y, en su cuenta de Twitter, trató de aclarar “la diferencia básica entre timbear el resultado de un partido de fútbol en plataformas de apuesta online ilegales e invertir de verdad en activos financieros regulados del mercado de valores”.
Lo que trascendió los medios es que los chicos deberán contar con el “asesoramiento” de sus padres. Pero aún permanece en el limbo en qué consistirá ese acompañamiento: si serán los adultos quienes decidan las inversiones o si solo se prestará consentimiento para que los adolescentes tengan una cuenta en una billetera financiera. Todo esto mientras se acrecientan los casos de ludopatía entre los adolescentes: el 44 por ciento de los jóvenes bonaerenses apuesta o apostó al menos una vez.
Tanto la CNV como agentes financieros esgrimen el argumento de que se empezó a brindar, en una muy poquitas escuelas, cursos de “educación financiera” para capacitar a los estudiantes. Incluso, la Ciudad de Buenos Aires tiene en carpeta introducir ese estudio de las finanzas como una currícula regular del nivel secundario. Queda por ver si aquellas capacitaciones brindarán nuevas herramientas o si correrán la misma suerte que los intentos actuales de enseñar conocimientos básicos de matemática o lecto comprensión. Quizás ocurra el extraño fenómeno de chicos que no entienden un texto, pero aun así parecen estar en condiciones de conocer los resquicios de la Bolsa y el Merval como para comprar y vender bonos por lo cual le darán una habilitación en la Comisión Nacional de Valores.
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