Si no publicas una foto frente al Buda reclinado, ¿realmente fuiste a Bangkok? La era de las redes sociales ha disparado el turismo, con efectos se pueden sentir en todo el mundo. Las listas de deseos y el espíritu viajero pueden ser muy positivos. Por ejemplo, el aumento masivo en el turismo en Islandia ayudó al país a salir de una crisis financiera.
Una pareja se toma una selfie enfrente de la puerta de Brandemburgo en Berlín
Es cada vez más aparente que hay una forma más responsable y disfrutable de ver el mundo.
DEMASIADO DE ALGO BUENO: EXCESO DE TURISMO
Desafortunadamente hay un ángulo menos halagador sobre el aumento de viajeros. En las Filipinas, la pintoresca playa Boracay fue clausurada para visitantes después de que el exceso de turismo amenazara su frágil ecosistema marino. Residentes de Venecia, Italia, a menudo resienten el paso de los turistas por toda la ciudad, que después de tomarse una selfie, dejan tirada la envoltura de su comida empaquetada. La ciudad recientemente impuso una tarifa de entrada para frenar las multitudes.
Viajes torbellino intentando cubrir tantos sitios como sea posible no son necesariamente la mejor experiencia tampoco. Puede dejarte la sensación de mayor cansancio que cuando saliste de vacaciones. Además, si solo inviertes tiempo alrededor de la Torre Eiffel o Machu Picchu, puede que te pierdas de las esquinas escondidas que revelan el auténtico carácter de París o Perú.
Otro enfoque podría ser simplemente bajar la velocidad. La práctica incluso tiene nombre: slow travel, viajar sin prisas. El antídoto al exhaustivo turismo con lista está siendo abrazado por nómadas digitales de tiempo completo (que bloguean extensivamente al respecto) y también por empleados de 9 a 5 durante sus vacaciones. No necesitas mucho tiempo para viajar sin prisas.
VIVE COMO NATIVO
La esencia del slow travel o viaje sin prisas es que viajes a menos lugares, te tomes más tiempo en cada destino y vivas como nativo más que como turista. Entusiastas del movimiento aseguran que reduce el estrés en visitantes y locales, tiene un costo efectivo y puede ser menos dañino para el ambiente.
Enseguida hay algunas maneras en las que puedes poner en práctica el slow travel en tus próximas vacaciones.
PLANIFICA PARA NO TENER PLANES
Si solo tienes una semana de vacaciones, quédate en el mismo lugar toda la semana. Date el tiempo de conocer los alrededores y descubrir cosas que no encontrarás en una guía turística. Si amaste una cafetería, vuelve. Conoce a las personas que te atienden. Probablemente ellos tengan un buen consejo sobre qué ver y en dónde más comer.
QUÉDATE SI SIENTES QUE ES LO CORRECTO
Prueba el mercado local y cocinar en el lugar que rentaste. Descubre el sabor de tus recetas favoritas con especias y preparación diferentes.
SÉ UN VECINO
Renta una casa o departamento. Ve un paso más allá y cuida la casa o no salgas. Es probable que obtengas mejores sensaciones del lugar si decides quedarte en un vecindario en vez de un resort o en un hotel céntrico. Probablemente no te cambiarán las sábanas cada día, pero entrarás en más contacto con la cultura local.
ENCUENTRA TU GENTE
¿Te encanta el kayak? ¿Hacer tu propia cerveza? ¿el crochet? Busca clubes locales o festivales.
BAJA LA VELOCIDAD. LITERALMENTE.
Cuando viajas a lugares como Europa o Japón, toma la ruta larga y viaja en tren. Hay mucho más que ver bajo la altitud crucero. Cuando llegues a tu destino, anda en bicicleta, camina, huele las flores. Si no piensas ir tan lejos, no hay nada como el tránsito público para ponerte en contacto con la vida diaria de los locales. Inténtalo, incluso en el Buda reclinado o la Torre Eiffel.
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